A veces trato de desdibujarlos, para que no sean tan funestos.
Y doy oportunidades a quienes no me las pidieron, ni saben de su existencia.
Y antes que me arruinen la ilusión ya di mi sentencia.
Aún así mi alma no sé si finge sorpresa.
A veces se necesita la confirmación de la confirmación de la nulidad de compromiso, de interés, o de lo que fuere que carcome por dentro.
Y creo que la peor desilusión es la que nos hacemos a nosotros mismos.
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