martes, 13 de diciembre de 2016

Añicos

Particionada en alguna parte quedó parte de mi alma.
Añicos de recuerdos compartidos, dispersos en algún rincón, ahora arrinconados entre la razón y el sentir.
Y qué sería la vida sin esos añicos, sin esas partículas fantasmales?, y qué es la vida, si no eso?
Pedacitos de emociones, de momentos, de personas, que se van desparramando en nuestro camino.
A veces son como trozos de un hermoso cristal que se clavan hondo e impiden avanzar, a veces el dolor también sirve para accionar.
Siento que vuelvo a reparar en esos añicos cada vez que escribo.
Siento que me particiona un paroxismo.


miércoles, 22 de junio de 2016

Sentimiento diluido

Por tantas noches que la acurrucó el hastío, o la esperanza vaga, o ambas, por tantos insomnios consensuados y no tanto.
Al fin llega esa noche, la noche en que el sonar del barco no despierta a la sirena.
Ese momento que nada conmueve, nada inmuta, sólo una mirada casi despiadada, casi sórdida, casi asesina, casi ... porque en el fondo sabe, en el fondo siente, que aquello, aunque apretujara sus entrañas, aunque hizo brotar cascadas de lamentos, aquello fue, y no era para menos, aquello era ilusión.
Y no siempre fue tristeza, también tenía alegría, enfrascada en cuentagotas, pero cada milímetro perduraba cual elixir de dioses en su inagotable memoria.
Ya no se aturdía su pecho, ni sus pensamientos. Ya no oía las voces de ángeles consejeros, nada había para que le susurren al oído.
Aquello fue un gran sentimiento, un gran condimento, pero ahora estaba diluido.


lunes, 6 de junio de 2016

Pandora

El perfume del misterio atrae. Me rodea. Y una estela de incierto enciende.

Tienta tirarse al abismo, sin saber si en esas profundidades algo atrape.
La realidad retoza con la fantasía, en un valle de posibilidades ansiosas.
Las apuestas suben cuando planetas lejanos y desconocidos por el mundano mundo se chocan, o bien parecen chocar ...
Se puede armar el rompecabezas o destruir en segundos, el dilema es que tiene piezas que encastran de varias maneras.
Los enmascarados se analizan amagando con sacarse la máscara de a ratos, los suficientes para despabilar las noches.
Pero, no hay que dejar que el reloj asesine los encantos de la espera.

A veces soy la caja y otras ... Pandora.


viernes, 18 de marzo de 2016

La Perestroika

Cuando la calma sobra, y súbitamente se pisa una baldosa que hace tambalear la rutina de lo vacuo, de lo inerte, aparece entonces una luciérnaga en las tinieblas de la comodidad de lo conocido.

Todo centelleantemente nuevo, en aparente armonía va construyendo un estado de bienestar general que promueve que se alcen las tasas de la esperanza.

El problema en la expectativa es que no repara en economizar en tiempos ni ansiedades.

A veces lo que parecía una panacea, se rompe cual cascarón vacío y no solo no llena las arcas del espíritu, sino que genera un déficit que antes no existía.
Cada desilusión duele no por su artífice o el suceso en sí, sino por lo que carcome, por el patrimonio devaluado.

Una muralla atraviesa el alma y la razón, por fuera risas, mejillas rosadas.

Hay que aprender a no derrochar el vodka bebiéndolo furiosamente, ya habrá festines por celebrar, mientras tanto sólo resta esperar...

La revolución cesó, la quietud vuelve a reinar.