sábado, 30 de mayo de 2015

Rezagada

Alejada de la urbe en medio de un enjambre sordo, indiferentemente ciego de heridas transparentes ajenas, pero de las cuales cada tanto sangre brota. 

No comprendo cual es la pena, de ensimismarse en pensamientos, si muchos de los ajenos son vacuos, cual es el lamento de no rodearse de charlas egocéntricas, ególatras, hambrientas de ego. O peor aún dejarse cercar por el rumor del prejuicio, la incomprensión incomprensible. 

Agradezco la distancia, en algún momento sufrida, en algún intersticio del corazón aún pesa, pero aún así ...

Mejor lejos, lejos de quien sea, menos de mí.






domingo, 17 de mayo de 2015

Golpearse contra la pared

Los muros pueden estar construidos por tantas cosas, los más difíciles de sobrepasar son los que están hechos de miedos, prejuicios (sobre todo ajenos), pesimismo junto a su horrenda familia que se encarga de torturar ilusiones.

Con cada embestida se van desquebrajando los temores, y entre las grietas florece la esperanza, y la sangre derramada ante el golpe es benéfica, hace que surja una nueva.

Desde temprana edad escucho la expresión “golpearse contra la pared” como algo de connotación negativa.
Esas paredes pueden ser hologramas reflejados por incertidumbres y encasillamientos ajenos, que nada tienen que ver con la naturaleza de uno.

¿Porque deberíamos aceptar seguir con una vida en la que los sueños se vean cercados, con cercos que impiden su crecimiento y correcto desarrollo?


Yo creo que si es para persistir frente a las adversidades, las contras (que muchas veces son prejuicios más que veracidades), entonces 
golpearse contra la pared, es una excelente manera de enfrentar la vida.