No comprendo cual es la pena, de ensimismarse en pensamientos, si muchos de los ajenos son vacuos, cual es el lamento de no rodearse de charlas egocéntricas, ególatras, hambrientas de ego. O peor aún dejarse cercar por el rumor del prejuicio, la incomprensión incomprensible.
Agradezco la distancia, en algún momento sufrida, en algún intersticio del corazón aún pesa, pero aún así ...
Mejor lejos, lejos de quien sea, menos de mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario