Esas palabras que no se exteriorizaron son las que más
pesan.
Son fichas para las eternas apuestas de la suposición, son puertas para
sueños o pesadillas que repican en lo más hondo del ser.
No son sólo pensamientos o sentimientos estancados, también
son respuestas vacías, como cajones inútiles en el armario de los recuerdos.
Generalmente se tiende a aconsejar a pensar antes de hablar,
pues bien habría que añadir, y no de manera sutil, sino por contrario con
fosforescente, que también hay que pensar antes de no hablar.
Supongo que no es justo andar regalando sabios discursos o
dulces letras (porqué no ambas), a quien no las sepa apreciar o quien no sea un
interlocutor confiable... Pero tampoco es sano llevar ese ancla in eternum.
No se quien lea esto, pero si leíste hasta acá, te digo que
esto que escribí es para vos y también para mi.
Buenas, la verdad es que me gustó mucho esto que escribiste.
ResponderEliminarSuele pasar que nos persigue el fantasma de lo que pudo ser si hubiésemos hablado en el momento indicado, pero también está bueno saber que las fichas que nos llevamos del casino y no apostamos no sirven para nada! Es un casino al que no podemos volver y llevar las fichas sólo son estorbos que ocupan lugar. Sólo sirven para recordar lo que creemos que pudo ser y nada más, por lo tanto está bueno saber que podemos tirarlas en cualquier momento, sólo depende de nosotros :)!
Saludos
buenisimo tu positivismo :)
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPrimera vez que te leo, eres positiva, pero...
ResponderEliminar¿todos te entienden?
No todos ... somos todos distintos, y por ende tenemos diversas maneras de apreciar o entender las cosas :)
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